Cada parte de nuestro ser (físico, emocional, mental y espiritual) tiene una vibración energética, con diferentes texturas y densidades, que se distribuyen en nuestro campo áurico por capas. Ninguna capa es más importante que otra y todas juntas conforman a la persona en su totalidad.

El “aura” o “campo Energético” se refiere al campo de energía que envuelve a nuestro cuerpo físico, formando una especie de esfera que nos rodea como si estuviéramos dentro de una burbuja. Este campo se puede debilitar, dañar o romper por diversas razones, tales como altos grados de estrés, enfermedades crónicas, ansiedad, ira y frustración prolongados, entre otras. Es por esta razón que debemos protegernos cuidando de mantener un estado vibratorio alto.

En TVP se postula que el primer paso es tomar conciencia de qué ha debilitado tu energía, y hacerte responsable de ello. Luego se pueden realizar diversos rituales de protección: decir afirmaciones positivas, utilizar cristales protectores, hacer visualizaciones con luces protectoras, invocar al arcángel Miguel, y muchos otros.