Hoy les voy a contar la historia de Catalina, una mujer de 45 años que consulta por su libido bajo y miedo a confiar en sus parejas y al amor en general. Ante esta situación, ella ha consultado a varios especialistas del área (ginecólogos, psicólogos) sobre este tema puntual no logrando tener éxito. Por lo que hoy día se siente infeliz e insegura ya que no logra tener su anhelada familia.
Ante este motivo de consulta, nuestro objetivo en la regresión en este caso es conocer el período exacto en donde los problemas empezaron y así saber el origen más retomo de su motivo de consulta, y bajo éste prisma trabajarlo terapéuticamente dentro de la misma regresión.
Primero se hace una entrevista para recabar la mayor información relevante sobre ella que pueda colaborar en poder entender su motivo de consulta y explicarle paso a paso como se trabaja la regresión.
Llegó el día, Catalina ingreso a la consulta el día de la regresión muy angustiada y con rabia pero sin lograr entender la razón de porque se sentía así, por lo que inmediatamente comenzamos a inducir el estado de trance (recuerden que se entiende por trance un estado de relajación que produce una expansión de consciencia y así poder llegar a nuestros recuerdos más remotos, es importante mencionar que éste estado es consciente siempre).
Al comenzar a conectarse con esa angustia, rabia y miedo estas emociones se hacen mucho más profundas e intensas, recordando diferentes episodios de su infancia en donde fue maltratada por su padre; existían golpes e insultos que hicieron que una de sus figuras más significativas de su vida le daba miedo, ante esta situación Catalina dice gritando “como voy a confiar en el amor si mi papá que amaba tanto me hacía esto”; mandato que ella creo desde ese momento.
Ante ésta revelación podemos entender su rechazo a los hombres y miedo al amor. Por esta razón, comenzamos a trabajar terapéuticamente la relación con su padre e infancia.
Primero se pide a Catalina visualizar su lugar ideal, un lugar donde se sienta segura y que nada malo le pueda pasar, puede ser una playa, bosque, campo, montaña, cualquier parte donde ella se encuentre en calma. Una vez logrado esto, le pido que invitemos a Catita (Catalina cuando niña), cuando ella logra visualizarla se da cuenta de lo asustada que estaba por lo que comenzó a contenerla y a decirle que de ahora en adelante nada malo le va a suceder, ya que ella sería su mejor mamá, que la protegería y la defendería de todo. Luego cuando la pequeña se encuentra más tranquila se procede a darle un baño reponedor y sanador.
Me es importante hacer hincapié en el tema de la infancia, ya que es en ese momento donde forjamos nuestro carácter y personalidad. No es necesario tener traumas en la infancia para que nuestra adultez sea conflictiva, en ocasiones una palabra, un momento o una situación puede marcarnos de por vida sin que seamos consciente de ello.
Seguimos indagando en otra causa que le ocasione su motivo de consulta y Catalina comienza a sentir una fuerte punzadas en su vientre y muchas ganas de ir al baño. Al pedirle a su alma que vaya al origen de esas sensaciones, ella comienza a recordar un episodio de su vida que ella creía tener sanado y superado pero no trabajado.
Es aquí en donde comienza a relata un aborto inducido que se realizó a los 20 años aproximadamente. Jamás había sido un tema para ella el aborto, ya que lo hizo porque estaba sola, sin red apoyo, poco dinero y no tenía un lugar estable en donde vivir, por lo que ésta fue su mejor decisión para ella y para su bebe.
Tras abordar el tema de su aborto, la paciente se da cuenta de algo que nunca había visto; ella durante todos estos años jamás fue consciente de que se sentía verdaderamente culpable tras el aborto, castigándose con no aceptar su cuerpo y menos disfrutar de él como forma de castigo, ya que así podía quedar embarazada de nuevo. Ante este descubrimiento hicimos consciente la verdadera razón de su libido bajo.
Luego de traer a la conciencia la causa, comenzamos a trabajarlo reencontrándose con el alma del bebé, lográndose perdonar y soltar lo que hizo. Transmitiendo y empoderándose de un nuevo mandato “Ahora soy libre de disfrutar por completo mi cuerpo como yo quiera”.
Desde ese día Catalina se ha sentido diferente, día a día comenzó a aceptar su cuerpo y a perdonarse y a sentir que ella estaba viva y ya nada ni nadie le impediría ser feliz.
Si algo podemos aprender de esta regresión, es que muchas veces creemos que parte de nuestra vida la hemos ido superando, siendo resiliente y viviendo la vida con la cara en alto. Pero la verdad es que muchas veces estos hechos siguen dejando una marca en nosotros que nos paraliza y no nos deja avanzar.
Me es importante mencionar; “No existe una barita mágica que soluciones nuestros problemas, debemos identificar la dificultad y ser parte de nuestra propia solución”
A veces juzgar lo que las personas por lo deciden hacer es fácil, pero también debemos ponernos en los zapatos de ellos. No juzguemos a nuestro prójimo ya que no sabemos porque llegó a hacer lo que hizo. No juzguemos porque su historia es única y nunca sabremos con lo que su alma carga, esas mochilas que impiden que sean felices. Aceptemos a nuestra gente tal cual es, sin máscaras y tapujos, queramos y querámonos que la vida está llena de cicatrices, pero somos nosotros quienes somos libres de sanar hasta lo que ya creíamos que habíamos sanado.
Agradezco de corazón y alma a Catalina que dejo desnuda su alma frente a nosotros para que aprendamos de su historia, y nos demos cuenta de que todos podemos sanar. La vida es aprendizaje y tiene un largo camino por recorrer. Nos vemos próximamente con otra historia sanadora y liberadora sobre regresiones.
Fuente : País Lobo