Sanar el alma de la sociedad mediante el trabajo terapéutico con el alma individual.

Desde pequeña percibí que la vida era más que lo que mis ojos físicos veían. Sentía que era más que el cuerpo que me contenía. No me calzaba el concepto de pecado transmitido por las religiones. Percibía que el caminar por la existencia era más que acumular información, y que algo muy importante radicaba en la experimentación y la emoción. De algún modo traté de canalizar estas inquietudes a través de la pintura, el canto, y mediante la conexión con los otros.

En una primera etapa me enfoqué en mi profesión de asistente social, conectándome con otros seres a través del servicio concreto, pero mi corazón me decía que había todo un mundo que estaba pendiente en ese servicio, y más allá de él.

De esta forma llegué a la TVP, que me entregó una visión enriquecida de nuevos paradigmas y me confirmó lo que intuía desde niña. Claramente esta nueva visión marcó un antes y un después en mi vida como mujer y profesional.

A lo largo de este camino he ido integrando el trabajo social concreto con el trabajo del alma, pudiendo ver con regocijo como el ser humano que forma parte de una sociedad tiene un valioso mundo interno, que si logra integrar o sanar se vuelve un alma encarnada en un cuerpo físico que contribuye auspiciosamente a las almas compañeras que lo rodean en su familia, en su trabajo, en la escuela y en definitiva en la sociedad.

Las historias pasadas condicionan y marcan el presente y el futuro. Las creencias, los juicios, los miedos, la soledad, provocan sufrimiento o placer en toda la humanidad. Si un individuo está enfermo, afecta a la globalidad.

Una sociedad sana necesita de individuos sanos. La sociedad es el individuo y el individuo es la sociedad. Para que se produzca el cambio en la sociedad, debemos cambiar como individuos. La resonancia individual afecta el entorno; por lo tanto, un hombre feliz transmite felicidad a su familia, a su pueblo, a su nación, a la sociedad, a la humanidad toda…

La Terapia de Vida Pasada, al trabajar en la liberación de samskaras, cargas o condicionamientos personales, está contribuyendo a que el individuo coopere en mejores condiciones al bienestar global de la Sociedad.

Como Asistente Social y Terapeuta en Vida Pasada queda la satisfacción del trabajo integrado, del aporte real a una Sociedad más amable, más solidaria, más cooperadora, más tolerante, donde la separación es una ilusión, si el otro está mal una parte de mi está mal, si el otro está bien una parte de mi está bien. El Trabajo en Unidad de los Terapeutas de Vida Pasada estoy cierta contribuirá a sanar nuestra Sociedad.

Este artículo forma parte de la edición de marzo de 2015 de “THE INTERNATIONAL JOURNAL OF REGRESSION THERAPY” que recoge la opinión de siete terapeutas chilenos, cada uno proveniente de un ámbito profesional diferente, en su viaje de aprendizaje y sanación en TVP.

Puede leer la edición completa en : http://journalofregressiontherapy.com/jrt_issue/issue-27/