“Cierto hombre que había tenido diablos mucho tiempo… Jesús ordenó al espíritu impuro que saliera del hombre… El que estaba poseído por diablos fue curado” (Lucas 8:27-33).

Antes de explicar de que se trata, debemos clarificar que “posesión” de una persona, de acuerdo a J.L. Cabouli “es el resultado de la acción de una energía Intrusa sobre el campo de energía de una persona viva, hecho que puede objetivarse mediante una bioelectrografía de imágenes Kirlian 3”.

Según el, “el psiquismo de una persona difunta o de una entidad espiritual no encarnada se mezcla parcial o totalmente con la mente subconsciente de una persona viva, ejerciendo un grado variable de influencia sobre ésta”; y bajo determinadas condiciones puede adherirse y quedar atrapada en su campo vibratorio.

Esta alma o espíritu desencarnado puede interferir, provocando efectos que clinicamente se manifiestan como alteraciones en los procesos mentales y emocionales, así como en el comportamiento e incluso en el cuerpo físico. Se compromete la voluntad y la energía vital de la persona.

Para trabajar una desposesion, se busca el origen del problema y al encontrar una “energía intrusa”, se utilizan técnicas para hacer conciencia, reconocer, confrontar y persuadir a los espíritus apegados, para que vayan a un mejor lugar (la Luz).